La gastronomía refleja de una manera única el legado histórico y cultural de nuestra sociedad, contando la historia de quienes somos a través de sabores y tradiciones. Córdoba es un claro ejemplo de ello; sus platos tradicionales nos permiten viajar a la época de Al-Ándalus, evocando aquellos sabores distintivos que quedaron como herencia de aquel periodo en el que la ciudad se encontraba bajo su gobierno.
En el Caballo Rojo, nos gusta preservar la tradición culinaria de Córdoba. Por ello, hoy queremos invitarte a realizar un viaje gastronómico al pasado, a través de una carta que celebra sabores únicos y auténticos. Con cada plato, exploramos recetas e ingredientes que, aunque han evolucionado con el tiempo, continúan siendo fiel a las raíces árabes que los originaron.
Platos que son auténticos viajes al pasado
Empezamos con la mazamorra cordobesa con sardina ahumada, un plato que tiene origen en la época romana pero no fue hasta la entrada de la población árabe a la península que se creó el plato tal y como se conoce a día de hoy. Originariamente el plato se preparaba con un majado de pan, aceite, ajo y vinagre, pero fueron los árabes quienes introdujeron las almendras en nuestra gastronomía, otorgando al plato la cremosidad que le faltaba. Esta receta tradicional es, además, el antecesor directo del famoso salmorejo cordobés; con el tiempo, las almendras fueron reemplazadas por tomate, manteniendo la esencia de la mazamorra, así como el acompañamiento clásico de huevo cocido picado.
Otro de nuestros platos que nos hacen viajar al pasado a través del paladar son las berenjenas de la abuela con miel de caña. La berenjenas a pesar de ser un alimento que tiene su origen en India y China, es un ingrediente clave en la cocina árabe. Su combinación con la miel, otro ingrediente muy utilizado por la población árabe que nos introdujeron en la gastronomía andaluza, realza aún más su carácter histórico. En esta receta, la combinación de las berenjenas con la dulzura de la miel nos transporta directamente a la cocina mozárabe ya que es una receta que permanece prácticamente intacta desde hace siglos.
Un plato más a destacar es el lomo de bacalao a la canela, un ejemplo de cómo las especias introducidas por los árabes siguen siendo protagonistas en la cocina actual. La canela, utilizada en platos salados, crea un contraste sorprendente y delicioso que mantiene viva esta herencia. Fue en el siglo VIII cuando la cocina andalusí añadió la canela gracias al incremento del comercio marítimo y terrestre.
Por último, hablaremos de la ensalada sefardí al aceite de oliva virgen extra, una ensalada con raíces sefardíes y árabes que es un reflejo de la convivencia cultural de Al-Ándalus, donde judíos, musulmanes y cristianos compartieron tradiciones y sabores. Este plato, que tiene ingredientes como naranjas, miel y especias, debe gran parte de su identidad a los árabes, quienes introdujeron las naranjas amargas desde el sudeste asiático durante su expansión. Estas frutas, adaptadas al clima ibérico gracias a los avances agrícolas árabes, fueron integradas en la cocina, dando lugar a recetas que combinan sabores dulces y ácidos. Así, la ensalada sefardí simboliza la gran herencia gastronómica de Al-Ándalus, marcada por el intercambio y la fusión cultural. Su historia es un ejemplo vivo del legado multicultural de la ciudad de Córdoba.
Un puente del pasado al presente: sabores con historia en el Caballo Rojo
La carta del Caballo Rojo es un auténtico homenaje a la riqueza histórica y multicultural de la gastronomía cordobesa. A través de platos que combinan ingredientes, técnicas y tradiciones heredadas de Al-Ándalus, se logra preservar la esencia de una época en la que convivieron culturas diversas. Cada receta es una invitación a descubrir un legado que sigue vivo en cada bocado, ofreciendo una experiencia que trasciende el presente para conectar con la historia. Así, en el Caballo Rojo, la gastronomía se convierte en un puente entre el pasado y el presente, celebrando el patrimonio cultural de Córdoba y llevándolo, literalmente, directo al plato.