La cocina cordobesa es una de las más ricas y variadas de España, fruto de la fusión de las diferentes culturas que han dejado su huella en la ciudad a lo largo de los siglos. La gastronomía de Córdoba es un reflejo de su historia, de su patrimonio y de su identidad. En este post te invitamos a descubrir el origen de la cocina cordobesa y hacer un viaje por los sabores de las tres culturas que han marcado la cocina cordobesa: la romana, la árabe y la judía.
La influencia romana
La presencia romana en Córdoba se remonta al siglo II a.C., cuando la ciudad se convirtió en la capital de la Hispania Ulterior. Los romanos aportaron a la cocina cordobesa el uso del aceite de oliva, el vinagre, el vino, las salsas, las especias y las hierbas aromáticas. Algunos de los platos más antiguos y típicos de la gastronomía cordobesa tienen su origen en la cocina romana, como el salmorejo, una crema fría de tomate, pan, aceite, ajo y vinagre, que se suele acompañar de jamón y huevo duro; el ajoblanco, una sopa fría de almendras, ajo, pan, aceite y vinagre, que se suele servir con uvas o melón; o el pastel cordobés, un dulce de hojaldre relleno de cabello de ángel, una pasta de calabaza confitada.
La influencia árabe
La llegada de los musulmanes a Córdoba en el siglo VIII supuso un cambio radical en la cocina cordobesa, que se enriqueció con nuevos ingredientes, técnicas y sabores. Los árabes introdujeron el uso del arroz, el azúcar, los frutos secos, las frutas, las verduras, las legumbres y las especias como el comino, el cilantro, el azafrán o la canela. Algunos de los platos más emblemáticos de la gastronomía cordobesa tienen su origen en la cocina árabe, como el rabo de toro, un guiso de carne de toro con verduras y vino tinto, que se dice que se inventó tras la celebración de las corridas de toros; las berenjenas con miel, un plato de berenjenas fritas con miel de caña, que se cree que se inspiró en un plato persa llamado badenjan; o los alfajores, unos dulces de almendra, miel y especias, que se elaboran desde la época califal.
La influencia judía
La presencia judía en Córdoba se remonta al siglo X, cuando la ciudad era el centro cultural y religioso del judaísmo en Occidente. Los judíos aportaron a la cocina cordobesa el uso de productos frescos, naturales y de temporada, así como el respeto por las normas dietéticas del kashrut, que prohíben el consumo de carne de cerdo, mariscos y la mezcla de carne y leche. Algunos de los platos más tradicionales de la gastronomía cordobesa tienen su origen en la cocina judía, como el adafina, un cocido de garbanzos, carne, verduras y huevos, que se preparaba el viernes y se dejaba cocer a fuego lento hasta el sábado, día del reposo; el mazapán, un dulce de almendra y azúcar, que se dice que se creó en el convento de Santa Clara por unas monjas que recibieron almendras de unos judíos; o el arrope, un jarabe de mosto de uva, que se usa para endulzar frutas, quesos o postres.
Ven a comer a El Caballo Rojo
Si quieres disfrutar de lo mejor de la cocina cordobesa, no puedes dejar de venir a comer a El Caballo Rojo, el restaurante más emblemático de Córdoba, situado frente a la Mezquita-Catedral. En El Caballo Rojo podrás degustar todos los platos que te hemos mencionado y muchos más, elaborados con productos de primera calidad y con el sabor de la tradición. Además, podrás disfrutar de un ambiente acogedor, un servicio excelente y una vista incomparable. Cuando vengas a Córdoba, no te olvides de reservar tu mesa en El Caballo Rojo, el restaurante donde la historia y el origen de la cocina cordobesa se hacen realidad.